miércoles, 27 de junio de 2012

La lógica de "matrimonio"

Parece que la RAE va a enmendar su artículo sobre matrimonio. Y parece que van a cometer un error lógico. Veamos el artículo vigente (sin las definiciones de frases):
matrimonio.
(Del lat. matrimonĭum).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
2. m. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia.
3. m. coloq. Marido y mujer. En este cuarto vive un matrimonio.
4. m. P. Rico p. us. Plato que se hace de arroz blanco y habichuelas guisadas.
Teniendo en cuenta los cambios en la legislación de muchos países, hay que reconocer que el matrimonio ya no es exclusivamente la "unión de hombre y mujer". La RAE, entonces, elabora lo siguiente:
matrimonio.
(Del lat. matrimonĭum).
1. m. Unión de hombre y mujer, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses.
2. m. En determinadas legislaciones, unión de dos personas del mismo sexo, concertada mediante ciertos ritos o formalidades legales, para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses.
3. m. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia.
4. m. Pareja unida en matrimonio. En este cuarto vive un matrimonio.
5. m. Am. Fiesta o banquete con que se celebra un matrimonio.

Antes de comentar el problema principal, unas dudas periféricas. Las personas ignorantes pensamos que en la RAE cada cambio tiene una justificación precisa, producto de un debate entre sabios, que seguramente se registra en actas para el caso de que, si se propone una nueva enmienda en el futuro, la argumentación tenga un punto de partida. Por eso resulta admirable la espontaneidad con que se incorporan y desincorporan cosas en los artículos, y resulta comprensible también la sospecha de que algunos de esos cambios sean ocurrencias de la mecanógrafa. 

Sobre el cambio de la acepción 3 del primer artículo no hay nada que objetar, la necesidad de la modificación es bastante clara: "pareja unida en matrimonio" sustituye con ventaja al más bien casero "marido y mujer".

¿Qué pasó con el arroz y las habichuelas? ¿Ya no lo comen en Puerto Rico o ya no lo llaman así? Y si lo han quitado por prescindible, ¿lo harán en otros casos análogos? La consistencia de criterios es uno de los rasgos menos visibles en el DRAE.

En último lugar, se añade el uso de la palabra para referirse a la fiesta asociada al acto de matrimonio, estampándole un Am. generalizante. Aquí el problema puede estar quizás en la interpretación de este marcador. Puede ser que Am. signifique "en algunos sitios de América", y no "en toda América", como pensamos ingenuamente. A mí me consta que en Venezuela se usa "matrimonio" en el sentido apuntado aquí, pero también me consta que no se usa en Argentina, por ejemplo. Debe ser incómodo indicar usos parcialmente americanos, esto es, propios de partes de América. Habrá cosas que se digan con el mismo significado en toda la América de habla hispana; otras, en algunos países; otras, en la mayoría (y habría entonces que indicar las excepciones). Se trata de una dificultad que no puede manejarse a la ligera y exige el proyecto de un diccionario de americanismos serio.

Por último, el fallo principal. Está claro que "matrimonio" no puede ser ya sólo "unión de hombre y mujer", toda vez que la legislación de muchos países admite uniones entre personas del mismo sexo. Esto justifica que se haga una enmienda importante acerca del alcance del término hacia un sentido más general. Sin embargo, con bastante inconsecuencia, en la enmienda se mantiene la acepción original de matrimonio como unión heterosexual (como primera acepción) y se añade (como segunda) el significado de "unión homosexual". Si lo primero puede ser visto como una concesión a los tradicionalistas, lo segundo es un error sin paliativos. En ninguna legislación se usa "matrimonio" para designar a la "unión entre personas del mismo sexo" (cabría preguntarse en ese caso cómo llamarían a las uniones heterosexuales). Lo que ha querido decirse probablemente (ya no podemos estar seguros de nada) es que en algunas legislaciones el matrimonio es la unión entre dos personas con independencia de su sexo: esto es, lo que antes se tomaba como universal (la unión heterosexual), ahora debe tomarse como particular (al igual que la unión homosexual) dentro de la nueva forma universal (la unión de dos personas, a secas). Otra manera de expresarlo -poco elegante pero correcta- hubiera sido decir, por ejemplo, "en determinadas legislaciones, dícese también de la unión de dos personas del mismo sexo..."

El error es lógico, y no hay que perder de vista que los diccionarios, como instrumentos regulativos, tienen una estructura más lógica que literaria. 


New Law Restricts Age For Marriage In Louisiana | WWNO