Para los
hispanoamericanos el diccionario RAE es una caja de sorpresas, cuando no de
Pandora. No es tan grave encontrarnos con que ciertos usos coloquiales que
considerábamos sólo peninsulares se nos atribuyen a todos (salvo para el pobre
estudiante -extranjero-
de español). El problema más serio se produce a propósito de los usos que siempre
hemos considerado universales y que el DRAE declara americanismos. Uno de ellos
es el verbo “ubicar”.
ubicar.
(Del lat. ubi, en donde).
Según esto, la única
variante válida para todos es la sexta, “estar en determinado espacio o lugar”.
Se trataría de un verbo intransitivo, usado también como pronominal. Como la
RAE no da ejemplos en este caso, no vemos cómo sería un uso intransitivo no
pronominal, pero no importa, entendemos que se refieren al significado del
verbo en frases como “se ubica en”, que curiosamente solemos aplicar más
frecuentemente con significado abstracto y no propiamente espacial: “se ubica
entre los diez mejores”, y más raramente “se ubica al final de la Avenida
Bolívar”. Lo que se “americaniza” es la forma transitiva: “ubicamos a los
decanos en la primera fila y a los directores en la segunda” (en el sentido de
colocarlos, de determinar para ellos un sitio), o también, “lo ubicamos en su
casa” (en el sentido de “lo encontramos”, más precisamente, “supimos que era
allí donde estaba).
Llama la atención que
después de la primera acepción, que establece el significado panamericano
general, vienen extrañas precisiones (Arg.,
Hond. y Ur.) que nos hacen preguntarnos cómo se entiende este verbo en los
países hispanoamericanos que no se mencionan. Mi opinión desinformada es que
todos lo usamos más o menos igual.
Después de estas vueltas, lo que resulta un poco
cómico y desconcertante es hallar en la página de la (española) Fundación del
Español Urgente, a propósito de otra palabra, lo siguiente:
¿Bajo qué categoría podemos ubicar la palabra
«mensajear»?
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